Un estudio de la Universidad de Stanford utiliza muchas tecnologías de inteligencia artificial como por ejemplo el reconocimiento facial o el aprendizaje automático para ayudar a niños con autismo, estos tristemente son incapaces de detectar las emociones de otras personas.
Científicos esperan mediante la inteligencia artificial ser capaces de ayudarles en este aspecto.
En esta empresa se embarcan Google con sus gafas de realidad aumentada las Google Glass, la revista digital medicina y muchos inversores anónimos.
Para este estudio se ha utilizado una aplicación diseñada íntegramente por la universidad y que envía información en tiempo real sobre las expresiones faciales de otras personas a las Google clases, que serán llevadas por el niño autista.
Después de unos tres meses de uso regular los padres de los niños afirmaban que sus hijos hacían más contacto visual con el resto las personas y se comunicaban mejor con ellas
A esta terapia se le ha puesto el nombre de gafas con superpoderes.
La aplicación mediante el aprendizaje automático es capaz de reconocer ocho expresiones faciales centrales cómo sería la felicidad la tristeza el enojo el disgusto la sorpresa el miedo la neutralidad y el desprecio. Para conseguir esto se entrenó la aplicación con cientos de miles de fotos de caras mostrando estas ocho expresiones
Estas “gafas con superpoderes “ también permiten otros dos modelos de juego. El primero consiste en que el padre la madre del niño tiene que poner una expresión facial de las dichas anteriormente Y el niño tenía que ser capaz de reconocerla.
El otro modo de juego llamado capturar la sonrisa trata en que los niños deben de dar pistas a los padres sobre la emoción que querían provocar, de esta forma a los padres pueden conocer mejor a sus propios hijos.
De las 15 familias que participaron en este experimento 12 fueron diagnosticadas con éxito. Semanas después de la prueba muchos de los niños comenzaron a darse cuenta de que las caras de las personas pueden tener pistas sobre sus sentimientos